7 Noviembre 2014 - Llamado de Amor y Conversión del Sagrado y Agonizante Corazón de Jesús

El Amor de Mi Sagrado Corazón. 

El instrumento: Jesús, Mi Señor, Mi Dios, Mi único y gran Amor, miro a Tu Pueblo en confusión, tinieblas, opresión, gente destrozada espiritualmente. 

Jesús: Mi niño pequeño, girasol en Mis Manos Llagadas, ves bien, ves la realidad ¿Recuerdas cuando te mostré al mundo?

El instrumento: Si Jesús, en esa visión el mundo era una llaga abierta, ella era carne putrefacta y sangre contaminada. 

Jesús: Bien mi hijo, el mundo, la humanidad así está porque desde antes de Mi Venida, como Mi Pueblo ignoraba las Palabras de Mi Padre, Palabras de Amor y Misericordia, mataron a los profetas ignorando los Mandatos del Señor. Es decir, mis pequeños no me amaron y como no amaron destruyeron y desobedecieron. Si las almas, mis pequeñas ovejas, le dieran apertura al Amor que les regalo de Mi Sagrado Corazón… 

El instrumento: ¿Cómo se da esta apertura, Jesús? 

Jesús: Esta apertura se da desde la humildad. Sólo el alma humilde reconocerá la necesidad que tiene de Mí. ¡Oh, Abeles de estos tiempos! cuántas almas heridas, oprimidas, asechadas, perturbadas. ¡Oh, mi niño, diles que Mi Amor los liberará pero deben amar, amar mucho! Cuando me aman de verdad desde la libertad, se purifican. Recuerden que el Amor borra cantidad de pecados. Por eso amen y perdonen y serán sanados, amén. Y serán liberados, purificados. La sanación es el amor, amor entregado, amor devoto, amor santo. 

El instrumento: La liberación del mundo depende de él mismo cuando en su voluntad, te acepta y te ama a Ti, Mi Señor. 

Jesús: Pequeño, hijo de Mi Sagrado Corazón, el mundo se liberará desde el amor, cuando empieza a amar. Yo te he prometido, y hoy solemnemente lo prometo nuevamente, enseñaré a cada alma cuan poco amor ha mostrado y dolerá ver el daño que os hacéis siempre. Amén.

En mi Amor está la conversión del mundo pues cuando aman de verdad, aman lo que Yo amo. Su Jesús, Mi Sagrado Corazón les ama. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

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