6 Diciembre 2018 - Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús

Hijos de mi Sagrado Corazón, he venido a ustedes para alimentarlos con el Pan de la Vida, para calmar su sed con la Sangre de la Alianza Nueva y Eterna, para sanarlos en el cuerpo y en el alma, para perdonarlos y liberarlos de sus pecados. He venido para redimirlos abriendo, con mi Sacrificio, las puertas del Reino de Dios para todos los hombres. Queridos hijos, les he dado el Regalo más grande que la Misericordia de la Trinidad ha podido dar; mi Sagrado Corazón Eucarístico. Y con mis Llamados de Amor, como Buen Pastor, los conduzco al encuentro con Dios, a la santidad de vida y a la salvación. Hijos míos, como estos son los Últimos Llamados de Amor, un epílogo final de mi Sagrado Corazón, también doy las Gracias y Devociones para estos Últimos Tiempos. A Santa Margarita he pedido la Devoción de los primeros viernes de cada mes, siguiendo esta línea profética que preparaba esta Obra Magna, ahora pido la Devoción de los primeros Jueves de cada mes, para que reparen por el pecado de los ministros de Dios, para que reparen por los pecados cometidos contra la Sagrada Eucaristía, para que reparen por la pérdida de amor al Sacrificio de la Misa. Hijos míos, cada primer jueves recuerden reparar por estas intenciones de mi Corazón Eucarístico. Hijitos míos, oren y mediten con mis Llamados de Amor. Oren y pidan la Gracia de ser eucarísticos, oren para que el Divino Espíritu les revele la grandeza infinita de cada Santa Misa. 

Apóstoles de mi Corazón, la Eucaristía fue el Centro del Corazón y de la Vida de mi Mamá Celestial en la tierra como lo sigue siendo en el Cielo, pero también ustedes, hijos del Corazón de mi Madre, la Santa Eucaristía debe ser el centro de sus vidas, que toda su vida gire en torno a la Sagrada Eucaristía. 

Hijos míos, mi Obra del Apostolado es una Cruzada de Amor Eucarístico. Me revelo en estos Últimos Tiempos como el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y con este Amor Divino los bendigo; en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


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