24 Mayo 2015 - Llamado de Amor y Conversión del Agonizante y Sagrado Corazón de Jesús

Mi Sagrado Corazón agoniza. 
Querido hijo, Mi Sagrado Corazón agoniza cuando veo a las almas, y veo tibieza, frialdad, y poco amor hacia Mí, porque Yo Soy un Eterno Amante, pero Mi Amor reclama sinceridad. 

Mira, hijito, que cuando dirijo Mi Mirada al mundo… Yo derramo Lágrimas de dolor cuando sólo veo muerte y pecado.  Muchos quieren seguirme a Mí pero con mi adversario a su lado. Otros deciden dar un rotundo y definitivo “no” a Mi Invitación. Esto es la pérdida de la fe, anunciada por mi Apóstol Pablo. Mucho se está cumpliendo ya, de Mis Palabras evangélicas. 

Pero ¡ay de estas almas quienes desperdician Mis Gracias y que por su falta de entrega darán cuenta porque han despreciado el precio de su redención! ¡Mi Preciosa Sangre! Más aquellas almas que sean rociadas con Mi Preciosa Sangre, serán restituidos, edificados, serán plantados como hermosas flores en el huerto de Mi Padre. 

Querido hijo, Yo ya he de venir como un Buen Jardinero a recolectar mis rosas. Mi pequeño, les pregunto a las almas… ¿están preparados para recibirme? ¿O serán las hojas secas que el fuego ha de consumir? ¡Oh humanidad! Nuestro Corazones Unidos, el de Mi Santa Madre y el Mío, sufren por lo que ha de cumplirse, porque muchas cosas acontecerán. Por eso les digo a las ovejas fieles de Mi Redil, orad, orad, orad, que vuestros corazones no se cansen de orar. 

Ora por la Iglesia a quien he de glorificar en la Cruz como el Padre Eterno me glorificó a Mí, porque la Esposa debe asemejarse a su Esposo ¿o acaso no son los Dos una misma cosa? Mi Iglesia, Mi Cuerpo Místico, es Mi Esposa, a quien purificaré para que quede exenta, limpia y pura para la Nueva Jerusalén. Porque Mi Iglesia es cada alma consagrada a Mí desde su Bautismo y deben, cada uno de ustedes, limpiarse para estar vestidos con el traje de fiesta en las Bodas del Cordero. 

Hijito, gracias por sufrir conmigo. ¿Creación estás preparada para recibirme?

Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 
Ave María Purísima, sin pecado concebida. 

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