18 Febrero 2015 - Llamado de Amor y Conversión del Sagrado y Agonizante Corazón de Jesús

Te llevaré a mi desierto. 
Escribe, hijo de Mi Sagrado Corazón, Mis Palabras y guárdalas en lo más profundo de tu corazón. Inicia hoy la Cuaresma en Mi Inmenso Amor y déjame sumergirte en el mar insondable de Misericordia; Misericordia infinita, Misericordia eterna, dejándome construir en ti (con Mi Misericordia) un corazón puro, que poco a poco limpiaré con Mi Amor, Desterraré de ti, el egoísmo y la pasión desordenada, derribando los afectos humanos y la falta de fe. ¡Oh alma! Mi grande Amor conoces. 

El desierto crecerá en ti, con carácter, virtud. Te enseñaré a caminar conmigo, cuarenta días orando y ayunando, implorando a Mi Padre Misericordia para esta generación humana. Al llevarte a mi desierto, sacudiré tu corazón, removiendo tu voluntad y dejando en el centro de tu vida Mi Voluntad Santa, Mi Voluntad Justa, Mi Voluntad Amorosa que crecerá a medida que el Amor Santo crezca en ti. 

Aprende mi niño, a orar, a orar desde el corazón, que sea el amor a Mi Padre lo que mueve tu voluntad a la oración; oración comunitaria, oración liberadora, oración purificante que te transformará poco a poco en “otro Cristo”, “un Cristo” que agoniza porque esta generación ha sobrepasado en maldad y pecado a las pasadas generaciones. 

Cuando ingreses conmigo al desierto, apreciarás la belleza del silencio, de la confianza en Dios, experimentarás desde tu corazón Mi Divina Misericordia, “desgarraremos nuestros vestidos y pondremos cenizas sobre nuestras cabezas”, cantando himnos penitenciales, y así sentir el dolor de haber ofendido a Dios y Padre infinitamente Santo, infinitamente Justo. 

¡Ora, oh Israel! conviértete el tiempo de la Gracia y Misericordia ha llegado. Confía en Mí, confía mucho en Mi Sagrado Corazón que tanto te ama.

Te amo y te bendigo. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida. Amén

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