19 Octubre 2014 - Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

Las gracias de la oración. 
Querido hijo de Mi Inmaculado y Doloroso Corazón, he aquí en el silencio de tu alma, en el cielo interior de tu corazón, a tu Santa Madre. Hoy, hijo, quiero enseñarte las gracias que se obtienen con la oración. En primer lugar, hijo, la oración es una condición requerida por Dios, porque la oración demuestra que las almas están preparadas para recibir las gracias y dispuestas a reconocer el Llamado de Nuestros Corazones Unidos. 

Cuando un alma ora, se convierte en un pararrayos de la Divina Providencia, recibe gracias y bendiciones, regalos de misericordia que no sólo deben quedar en sus almas, también deben ser repartidos como agua fresca para las otras almas sedientas de Amor de Mi Hijo Jesús. 

Cuando ustedes, mis pequeños, oran, abren un camino espiritual para mis gracias que recorren las almas. Pero al igual que en Belén, muchos corazones no responden al Amor. Cuando oran permiten que Mi Presencia llegue a ustedes y a través de ustedes a los suyos. Cuando oran, Yo concedo gracias en especial durante el rezo del Santo Rosario, y así permiten que mis gracias sean concedidas. 

Pero ustedes, mis niños, no oran. Esas gracias que hubieran sido derramadas, ya no llegan a las almas pues necesito del apoyo de la oración de mis hijos para poder acercarme a los que no han conocido el Amor de Mi Hijo. Yo Soy Madre y Señora de la oración.

En mi Doloroso e Inmaculado Corazón te bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

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