27 Mayo 2014 - Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

Cómo mis hijos viven cada una de mis virtudes. 
Queridos hijos, les he ido enseñando cuanto amor os he manifestado. Querido hijo, se tu mi custodio de esta fiel palabra, fiel al Plan del Amor, y salvación para con Dios y con mis hijos. Hijos míos, vivan mis virtudes, sosteniéndose con la oración constante. La virtud de “la oración permanente” significa estar conscientes de la presencia de Dios en sus vidas y meditar siempre su Palabra. 

Hijos míos, una virtud (tan amada por mí) es la humildad. La humildad les hace reconocer su pequeñez y así obedecerán, serán mis hijos obedientes queridos. Busquen la pureza, pureza no sólo de cuerpo, sino de alma, de espíritu. Quiero pureza interior para que así no os convirtáis en sepulcros blanqueados. Mis niños, sean puros. Ser puros consiste en ver en todo a Dios y hacerlo todo con amor a Dios, pues el amor a Dios, no los va a engañar, sino que mi Padre les dará el Santo Don del Temor a Dios. 

Hijos, otra gran virtud es el amor, amor es entregarse sin reservas alguna, sin egoísmo aparente, sin condición soberbia e hipócrita. Mi hijo, vivir estos mensajes sin amor, les hace unos sepulcros blanqueados. Hijitos míos, ¡ánimo! mis virtudes no son mías, las tengo porque Dios (en su misericordia) me las ha confiado. 

A través de ti, llamo a mis hijos a la modestia y la templanza, a la pureza que agrada a Dios, al amor que los llevará a una vida de penitencia y sobria de oración y sacrificio, de humildad y obediencia. Mis hijos síganme, imítenme y custodien en lo más profundo de su corazón, mis enseñanzas. Yo soy Vuestra Madre María, maestra de las virtudes. 

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