21 Mayo 2014 - Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

El alma se sumerge en mi Santo Vientre de una manera peculiar cuando ora. 
Hijo mío, cuando un alma ora se adhiere tan profundamente en Dios que su oración se convierte en un haz luminoso que abarca al universo. Así el alma ora universalmente, así el alma ingresa en el Corazón del Padre, porque cuando ora ama y abraza a toda la creación con su oración. Depende de cada alma orante la salvación de sus semejantes. 

La oración además de una relación íntima con el Padre, es una oración que debe cooperar con la redención de cada alma. Cuando un hijo mío ingresa en mi Vientre Santo y Purísimo, ora, ora, ora incesantemente y todo ofrece en la oración; ya sea suplicante, de alabanza o contemplativa. La oración, mi muy amado, debe transformarte de tal manera que no seas tú quien vivas, sino Cristo en ti; así Cristo, el Rey y Señor del universo, Esposo de la Iglesia, Cordero degollado y sentado en el Trono vivirá en ti, se dirigirá al Padre en ti, se compadecerá por el mundo en ti, y así serás instrumento de Paz y Amor, que transforme de tal manera tu ser carnal (en la vida interior, vida de comunión entre el alma y su creador), que tendrá el objetivo nada mas de alabar, bendecir y servir a su Señor. 

Hijos míos, si obedecieran ¡cuántas mercedes obtendrían del Cielo!, pero sus maldades acarrearan muchas penas para el mundo. Mis justos elegidos, oren, oren y crezcan en el amor a Dios y los hermanos, ¿quién os ama y más que su Dios y, yo, su Amada Madre? Nadie mis niños. Amén. 
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